Estas últimas semanas, uno de los espectáculos naturales más coloridos del año ha captado la atención de cientos de personas en los campos de Hidalgo: con la floración de los mirasoles morados y rosas, una tradición visual que marca el inicio del otoño en la región.

Estas flores silvestres, también conocidas como girasoles morados, xococtole o incluso amapolas en otras zonas del país, son nativas de México y aparecen principalmente entre la segunda quincena de septiembre y la primera de octubre. Su presencia en los campos no solo embellece el paisaje, sino que también señala la cercanía de una de las celebraciones más significativas del país: el Día de Muertos, ya que tradicionalmente florecen 40 días antes del 2 de noviembre.

Este fenómeno natural se ha vuelto viral en redes sociales, donde cientos de usuarios han compartido fotografías de los campos cubiertos de mirasoles.

 Según estudios botánicos, estas flores pertenecen al género Tithonia, una especie que destaca por su capacidad de adaptarse a climas cálidos y suelos pobres en nutrientes. Su resistencia y atractivo para polinizadores como abejas y mariposas las convierten en una pieza importante del ecosistema local.