El desfogue de la presa Zimapán, una medida necesaria para controlar el nivel del embalse, ha provocado severos daños en los caminos de tres comunidades en este municipio, dejando a dos de ellas incomunicadas.
Las descargas, que redujeron el nivel de la presa del 102% al 94.9% de su capacidad, han generado preocupación entre los habitantes y ejidatarios, quienes han pedido a las autoridades que se detengan los desfogues.
Ante la situación, el Plan DN-III fue activado para evaluar y reparar las afectaciones. Las autoridades de Protección Civil confirmaron que el plan se mantiene en alerta, listo para ser implementado nuevamente en caso de que la situación lo requiera.
La nota ha generado un debate sobre la gestión del agua y las medidas de prevención ante fenómenos naturales en la región, mientras que los habitantes afectados esperan soluciones rápidas para restaurar la conectividad en sus comunidades.