Cada año, la noche del 15 de septiembre se convierte en una de las celebraciones más esperadas en México: el famoso Grito de Independencia. Pero ¿sabías que este festejo está lleno de curiosidades poco conocidas?

Aunque el verdadero inicio de la Independencia fue la madrugada del 16 de septiembre de 1810, fue Porfirio Díaz quien cambió la tradición para celebrarla desde la noche del 15, justo para que coincidiera con su cumpleaños. Así nació la costumbre que hoy reúne a millones en plazas y hogares del país.

Otra curiosidad es que no existe un “grito oficial”: cada presidente, gobernador o alcalde elige los nombres de héroes que menciona, lo que convierte al acto en un reflejo de la visión histórica y política de cada época. Además, la hora tampoco es la misma en todos lados: en el Zócalo se hace a las 11 de la noche, pero en algunos pueblos se adelanta para dar paso a la fiesta, y en comunidades migrantes en el extranjero se adapta al huso horario local.

Y aunque hoy es símbolo de unión, en el pasado también fue un espacio para mostrar poder: durante décadas, los presidentes usaron el balcón del Palacio Nacional como un escenario político que marcaba su relación con el pueblo.

El orgullo mexicano también traspasa fronteras: cada 15 de septiembre, monumentos y edificios emblemáticos en países como Estados Unidos, España, Dubai o Francia se iluminan con los colores de la bandera de México como muestra de solidaridad y reconocimiento a la cultura mexicana. Escribiendo esta nota nos surge una duda ¿Donald Trump permitirá que el icónico Empire State en Nueva York, proyecte los colores de nuestra bandera?

Para cerrar, el 15 de septiembre, entonces, no es solo una fiesta: es historia viva, mezcla de tradición, política y orgullo que sigue dando identidad a México generación tras generación.