La fotógrafa mexicana Sandra Blow se integrará a una exposición colectiva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), donde se exhibirán 20 de sus obras como parte de una muestra que reúne a artistas contemporáneos con propuestas disruptivas y sociales.
El trabajo de Blow ha sido reconocido por centrar su lente en personas de la comunidad LGBTIQ+, retratándolas con dignidad y fuerza, así como por documentar la vida nocturna de la Ciudad de México y explorar los límites entre moda, identidad y expresión.
Moda, rebeldía y cuerpos disidentes: el arte de Sandra Blow
Entre las piezas seleccionadas por el MoMA destacan obras como Alan Balthazar y La Virgen de Chiquitibum, así como imágenes tomadas en antros y espacios íntimos donde la diversidad sexual, el deseo y la resistencia ocupan el primer plano. Las escenas retratan relaciones afectivas, momentos de fiesta y la estética urbana de una comunidad muchas veces invisibilizada.
¿Quién es Sandra Blow?
Originaria de Atizapán de Zaragoza, Estado de México, nacida en 1990, Sandra estudió publicidad y fue durante su formación que se acercó a la fotografía. Lo que comenzó como un taller complementario se convirtió en una vocación.
Desde el inicio, Sandra tuvo claro que no quería seguir los estándares tradicionales del mundo de la moda. Su objetivo era mostrar cuerpos reales y voces marginadas: personas trans, no binarias, racializadas, precarizadas o simplemente ajenas a los cánones dominantes de belleza. En ese camino, su cámara se transformó en una herramienta política y estética.
Fotografía sin concesiones
Blow ha mencionado que su carrera habría sido distinta si hubiera contado con los recursos para estudiar en una prestigiosa escuela de fotografía en Nueva York. Aun así, no se arrepiente del camino recorrido. Ha creado una obra honesta, potente y con voz propia, que ha abierto camino a otros artistas que también buscan romper con los moldes impuestos.
Hoy, su inclusión en una de las instituciones artísticas más importantes del mundo no solo celebra su talento, sino que legitima el arte que surge desde los márgenes.