La NFL acaba de darle a los swifties una nueva razón para emocionarse: Taylor Swift está en la mira para protagonizar el show del medio tiempo del Super Bowl LX, que se celebrará el próximo 8 de febrero en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California.
El propio comisionado de la liga, Roger Goodell, alimentó la expectativa durante una entrevista en el programa Today de NBC:
“Nos encantaría que Taylor actuara”, comentó con una sonrisa. “Tiene un talento muy especial y, obviamente, sería bienvenida en cualquier momento”.
Aunque no confirmó oficialmente la participación de la cantante, prefirió mantener el misterio cuando le preguntaron directamente: “No puedo decirte nada al respecto. Es una posibilidad”.
El “efecto Taylor Swift” en la NFL
La decisión final estará en manos de Jay-Z y su empresa Roc Nation, que desde 2019 produce el espectáculo del medio tiempo. Sin embargo, el nombre de Swift suena con fuerza tras el fenómeno mediático que ha generado su relación con el jugador Travis Kelce de los Kansas City Chiefs.
Desde que la intérprete apareció en las gradas para apoyar a Kelce, la NFL ha visto un crecimiento significativo en su audiencia, especialmente entre el público joven y femenino. Además, las ventas de camisetas del jugador aumentaron más de un 400% tras la primera aparición pública de la artista en un partido.
Las cámaras no perdieron oportunidad de enfocarla en cada transmisión, mientras que las redes sociales estallaban con cada gesto, convirtiendo a Swift en un fenómeno inesperado dentro del emparrillado.
¿La próxima reina del Super Bowl?
El Super Bowl es el evento deportivo más visto del mundo, y su espectáculo de medio tiempo se ha convertido en un escaparate global para artistas de talla mundial. De confirmarse, Taylor se uniría a una lista que incluye a Beyoncé, Shakira, Jennifer Lopez, Rihanna y Usher.
La gran final de la NFL se disputará el 8 de febrero de 2026 en el Levi’s Stadium, casa de los San Francisco 49ers. Mientras tanto, los rumores continúan y los swifties sueñan con ver a su ídolo brillar en el escenario más grande del deporte.